1° de Mayo: Día del trabajador y trabajadora
El 1 de Mayo se celebra en todo el mundo el Día Internacional de los Trabajadores en homenaje a los Mártires de Chicago, un grupo de trabajadores sindicalizados que fueron ejecutados en 1886 en los Estados Unidos. Estas personas exigían una reducción de las horas de trabajo debido a que sus jornadas laborales llegaban a ser de hasta 16 horas. La huelga que realizaron con la intención de mejorar estas condiciones —que comenzó precisamente un 1 de Mayo y contó con la participación de más de 80.000 personas— fue duramente reprimida y algunos de sus dirigentes fueron sometidos a un juicio irregular y condenados a muerte. En 1889 tuvo lugar en París el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, que estableció, en conmemoración de las jornadas de 1886, el 1 de Mayo como el Día Internacional de los Trabajadores, consagrado a las reivindicaciones por mejores condiciones laborales.
En nuestro país, el primer acto del Día del Trabajador se realizó en 1890, en el Prado Español de Buenos Aires, y contó con la participación de organizaciones obreras —mayormente anarquistas y socialistas— integradas por inmigrantes alemanes, italianos, españoles y portugueses. Desde entonces, cada 1 de Mayo tiene lugar una jornada en la que se manifiestan las demandas de los y las trabajadoras.
Durante las presidencias radicales, entre 1916 y 1928, se sancionaron diversas leyes (de descanso dominical, de regulación del trabajo a domicilio de las mujeres, de conciliación y arbitraje en los conflictos obreros, entre otras) que tendían al mejoramiento de las condiciones laborales de las personas trabajadoras. Por primera vez el gobierno intervenía poniendo algún límite a la patronal. En 1930, durante su segundo mandato, Hipólito Yrigoyen instituyó por decreto el 1 de Mayo como «día de fiesta en todo el territorio de la República».
No obstante, la nueva dinámica del mercado de trabajo tras la crisis internacional de 1929 actualizó las demandas y amplió las bases de la participación sindical, así como las ramas del trabajo. Y durante este período, muchas de estas organizaciones fueron perseguidas por los gobiernos de aquella década. Con la asunción a la presidencia de Juan Domingo Perón en 1946, se fueron concretando algunas de las reivindicaciones de las y los trabajadores, quienes además recibieron reconocimiento en el espacio público, se apropiaron de los símbolos, y se asignó un carácter festivo al 1 de Mayo.
1946 fue el primer año en que autoridades nacionales encabezaron la movilización. En esa ocasión, el presidente Juan Domingo Perón asoció por primera vez la fecha con el emergente movimiento peronista, y la Confederación General del Trabajo enfatizó que se trataba de un «día de sana alegría y verdadero descanso del músculo». En el folleto 1 de Mayo ayer y hoy, publicado en 1949, se expresaba claramente una ruptura con el pasado: «[...] el 1 de Mayo no es ya la fecha propicia al dolor y la desgracia, sino a la alegría. La Fiesta del Trabajo, realizada jubilosamente por quienes trabajan en la edificación de la Patria».
Sin embargo, estos no serían los únicos sentidos atribuidos a aquella jornada. Las disputas sobre el significado del 1 de Mayo no estuvieron exentas de tensiones con los sectores del movimiento obrero que continuaron dándole un carácter combativo. De hecho, los conflictos emergentes entre quienes promovían la celebración y quienes continuaban enfatizando los reclamos por mejores condiciones laborales ponían en el centro del debate el carácter mismo de la conmemoración: ¿se trataba de un día de descanso o de lucha?
En la Argentina el 1 de Mayo es feriado nacional desde 1976, según la Ley N° 21.329.
FUENTE: EDUC.AR